Va a le Tréport? Pase por el funi...!

¡No hay llegadas espectaculares en Le Tréport sin funicular! Embarque arriba del acantilado, atraviese la roca y surja por encima de los tejados. Efecto n°1: ¡a vista es wau!! Efecto n°2: su vuelta a ese bonito puerto colocado a la punta norte de Normandía empieza sobre buenos raíles...

Le Tréport sin funicular, es un poco como un pastel sin guinda o un helado sin chocolate...falta lo esencial. Estamos de acuerdo, Le Tréport (y Eu que está a un tiro de guijarro) vale la pena dedicarle un día. Pero sería una gran pena de fracasar su entrada. Y para eso, no se puede discutir, hay que descubrir absolutamente la ciudad desde arriba, tomando sitio dentro de su legendario funicular (si, si, legendario, no tengamos miedo a las palabras...)
Allí está en la cabina azul. Antes de empujar con un dedo firme y resuelto el botón "bajar", déjeme contarle su pequeña historia. Le prometo, no será largo... Los primeros golpes de pico en el acantilado fueron dados en 1907. Dos meses más tarde (¡Que salud!), dos bonitos túneles comunican la estación baja con "Terrasses". Y en julio 1908, la muchedumbre de los grandes días se apretuja detrás del Conde y de la Condesa de Eu para inaugurar la subida. Dentro de los coches de madera, 48 pasajeros se aprietan sobre gradas repartidas en 4 compartimentos. Dos mil visitantes compran su billete ese día. El éxito, ya... Después de un largo eclipse, el funicular vuelve a ver la luz a petición general en 2006.

Impresionando

¡Hoy en día, ya no hay billete, el funicular es gratuito! Como también lo es la mayor parte del tiempo el parking del acantilado1. Antes de bajar, de un paseo por el sendero de los aduaneros (no demasiado del borde si puede ser) y una pequeña parada en el mirador situado delante la estación alta. Si la lema de Le Tréport es "tómese la vida en mar abierto", ¡aquí es más bien la vista que está abierta! A la derecha distinguimos el mole real del castillo de Eu. Delante de Ud., en el primer plano, es la ciudad con todos sus tejados, la iglesia Santiago, el faro blanco y verde al final de la escollera, la explanada, el ante-puerto y los muelles siempre animados; más lejos, tiene Mer-Les-Bains y sus bonitos veraneos. Y hacia el oeste, agua, mucha agua...

Muro del Atlántico

Volvamos a nuestra cabina. Ya salen. La bajada dura 1min55 muy precisamente. Empieza por la travesía de un largo túnel con increíbles bóvedas de ladrillo que datan de 1907. Una vez la obra de arte pasada, emerge encima de los tejados de pizarra del barrio de Les Cordiers. El pendiente de 63% le da la sensación de abatirse sobre la ciudad. Para la pequeña historia, el acantilado que acaba de atravesar esta cavado por un laberinto defensivo habilitado por los alemanes después del raid de los Canadienses sobre Dieppe en 1942, el Kahl-Burg. Un conjunto que forma parte del muro del Atlántico. Bajo sus pies, Les Cordieds es un barrio bastante reciente, 2 siglos no más, que ha sido ganado sobre el mar. Sus primeros habitantes, pescadores demasiados pobres para comprarse redes, pescaban con largas cuerdas cubiertas de anzuelos.

En Les Cordiers

Ya ha llegado sobre la tierra firme. Su visita de Le Tréport empieza. Paséese mirando hacia arriba en las pequeñas calles de Les Cordiers y diviértase localizando los balcones de hierro forjado, bow-windows (boínders) colorados y los bonitos azulejos de cerámica que decoran las fachadas. Unos llevan sabrosos mensajes "Jnek Sa", "San Phe Pah"... Aproveche bien su día y los numerosos restaurantes de la ciudad. No se pierda la pescadería municipal y sus puestos repletos de pescados y de mariscos y sobretodo, tome su tiempo. En verano y todos los sábados y vísperas de días de fiesta, el funicular les llevara a su coche a la una menos cuarto de la mañana. Durante la temporada, los acantilado todavía esta alumbrados. La subida se presenta aun más bonita que la bajada...

1De pago solo los fines de semana y días de fiesta y del 15 de junio al 15 de septiembre (2,50 € por día). 3 923 señales, espacios incluidos. Menos el titulo.